Ana Hernández, T.O.Carm. | Agosto 2024
Mi nombre es Ana Hernández, nací en el estado de Michoacán, México. Soy la menor de tres hermanos y la única mujer. Cuando cumplí 12 años mi familia y yo nos mudamos a los Estados Unidos, dejando en México a mis abuelos y numerosos primos. Nunca tuve la oportunidad de regresar a México a visitar a mis abuelos.
La fe y el catolicismo siempre han sido una parte importante de mi cultura. Crecí participando en muchas actividades de la iglesia, sin embargo nunca entendí muchas cosas de la iglesia. Siempre cuestionaba todo porque me gusta aprender hechos. Nunca fui la niña que se creía cualquier cosa.
Por ejemplo, si mi madre me decía que me pusiera de rodillas, yo la cuestionaba. Si mi madre me pedía que rezara a un santo, yo la cuestionaba. Si ella me pedía que rezara el rosario, también la cuestionaba en por qué tantas Avemarías y demás. Siempre pensé que era rebelde, pero en realidad, solo buscaba conectarme más con Dios y mi religión. Crecí sin poder acoplarme a ningun grupo en la iglesia y siempre me sentí vacía de alguna manera, como si me faltara algo.
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Cuando cumplí diecinueve años, por desgracia, me casé y me divorcié seis meses después. Siendo tan joven, para mí fue el fin del mundo. También fue mi mayor bendición, porque me volví hacia Dios. Conocí al P. Félix Rivera, O.Carm' y me acerqué a Dios sin preguntas porque lo sentía en mi corazón.
Seguí adelante, me volví a casar y tuve cuatro hermosos hijos, ahora jóvenes adultos, dos chicas y dos chicos. Asistía regularmente a misa en Nuestra Señora del Monte Carmelo en Joliet con mi marido y mis hijos. Cuando mis hijos empezaron sus clases de primera comunión me convertí en catequista y realmente lo disfrutaba pero de alguna manera seguía sintiendo que me faltaba algo. Siempre me llamó la atención pertenecer a un grupo de la iglesia, sobre todo ver lo unidos que estaban y ver la fraternidad que había entre ellos. Me llamaba la atención. Pero trabajando a tiempo completo y teniendo cuatro hijos era casi imposible unirme.
Un día, después de misa, me preguntaron si quería pertenecer a la Comunidad de Laicos Carmelitas. Por supuesto, dije que no porque soy una madre muy ocupada. Me convencieron diciéndome que las reuniones eran sólo una vez al mes. A Dios le gusta mucho bromear. Me uní al grupo pero tenía muchas preguntas como cuando era pequeña y cuestionaba a mi madre. Los miembros de entonces no sabían las respuestas, así que por supuesto les pedí que me llevaran a una fuente fiable. Bingo, me llevaron a Darien a conocer a la Hna. Libby Dahlstrom. En cuanto salí del coche, sentí el amor de Dios en ese lugar que yo llamo el cielo en la tierra.
Visitar el Santuario Nacional y el Museo de Santa Teresa fue increíble. Siempre había sentido una conexión con Santa Teresita y sentí que me invitaba a vivir la experiencia más grande de mi vida. Lamentablemente, descubrí que nuestro grupo en Nuestra Señora del Monte Carmelo no era una Comunidad Laica Carmelita, sino sólo un Grupo de Espiritualidad. Cuando la Hna. Libby me explicó lo que era una Tercera Orden, mi corazón se llenó de alegría y por fin, ya no me sentía vacía. Recuerdo ese día como si fuera ayer. Como dije antes, me sentí como en el cielo en la tierra. Le pedí a la Hna. Libby que nos ayudara a establecer una comunidad de hispanohablantes. Ella me explicó el proceso. Por supuesto que era un proceso largo, pero yo estaba dispuesta a hacerlo. Pasaron unos meses y realmente le expresé al director del grupo que necesitábamos seguir reglas con la dirección de la Hna. Libby y Cindy Perazzo.
En la mañana del 1 de octubrestEn 2020, recibí una llamada de Cindy. Me pidió que fuera el director de nuestro Grupo de Espiritualidad. Por supuesto, le dije que no. Me pidió que lo pensara y que me llamaría más tarde. Esa mañana, tuve un hermoso sueño sobre Santa Teresita y la Virgen María. María ponía un ramo de rosas en una caja de cristal y Santa Teresita cogía una rosa cada vez y me las entregaba una a una, advirtiéndome que tuviera cuidado con las espinas. Era el sueño más hermoso que había tenido nunca. No tardé en darme cuenta de que era un mensaje de Santa Teresita, y además era el día en que honramos a Santa Teresita. Acepté hacerme cargo del grupo. Hablé con Cindy y le expliqué que no sabía nada del Carmelo ni de cómo funciona la Comunidad Laica pero que estaba dispuesta a aprender y le advertí que me gustaba hacer muchas preguntas porque quería hacerlo todo bien.
Debido a algunas inestabilidades del grupo, en marzo de 2021, nos pusimos en pausa durante un año. Varios miembros del grupo desearon dejar el grupo y eso nos dejo con solo unos pocos pero no era suficiente para seguir adelante. Aunque el grupo estaba en pausa, para seguir adelante con el proceso Cindy y la Hna. Libby acordaron que podíamos seguir reuniéndonos como Grupo de Espiritualidad con su guía. Necesitábamos al menos trece miembros para seguir adelante y no sólo pudimos reclutar a trece, sino que pasamos de cinco a treinta personas muy rápidamente. Mantuve informadas a la Hna. Libby y a Cindy de lo rápido que crecía el grupo. Sabíamos que estábamos en una pausa pero rezábamos y en un momento recuerdo haber dicho a todos los miembros que sólo Dios sabía lo que vendría en el futuro y que todo estaba en Sus manos y si Su voluntad era que sólo rezáramos en esa sala y nunca recibiéramos el escapulario estábamos dispuestos a aceptarlo pero queríamos aprender todo sobre el Carmelo y vivir el estilo de vida como un verdadero carmelita. Todos nos habíamos enamorado de la espiritualidad carmelita.
En marzo de 2022, finalmente completamos el sexto paso de los procedimientos para convertirnos en una Comunidad Carmelita Laica oficial. Trabajamos duro durante este proceso y tradujimos CDs y documentos al español para tener nuestra comunidad española con la ayuda de Dios. El miércoles 26 de abril de 2023, Cindy Perazzo nos envió la carta aceptando nuestra solicitud para convertirnos en Comunidad Laical Carmelita oficial con el número de comunidad #1430 y el nombre de Santa Teresita. Recibimos una bendición especial de nuestro Párroco Padre Enrique Varela O Carm. el 16 de julio de 2023, y pudimos comenzar la fase I de formación.
Por la gloria de Dios y con la ayuda de Nuestra Señora, el 15 de julio de 2024, diecisiete miembros tuvieron su recepción en el Carmelo. Fue una ceremonia preciosa. Todos estamos muy bendecidos por recibir el Escapulario y por ser la primera Comunidad Española en Illinois. Rezamos para que muchas más comunidades españolas se conviertan en Comunidades Laicas Carmelitas ya que la comunidad española crece cada día en los Estados Unidos. Estamos comenzando la fase II y rezamos para que un día profesemos nuestras promesas e invitemos a más personas a hacerse Carmelitas.
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Ana Hernández, T.O.Carm. | Agosto 2024
Mi nombre es Ana Hernández, nací en el estado de Michoacán, México. Soy la menor de tres hermanos y la única mujer. Cuando cumplí 12 años mi familia y yo nos mudamos a los Estados Unidos, dejando en México a mis abuelos y numerosos primos. Nunca tuve la oportunidad de regresar a México a visitar a mis abuelos.
La fe y el catolicismo siempre han sido una gran parte de mi cultura. Crecí participando en muchas actividades de la iglesia, sin embargo, nunca entendí muchas cosas en la iglesia. Siempre cuestiono todo porque me gusta saber la verdad y el porque de las cosas.
Por ejemplo, si mi madre me decía que me pusiera de rodillas, yo la cuestionaba. Si mi madre me pedía que rezara a un santo, yo la cuestionaba. Si ella me pedía que rezara el rosario, también la cuestionaba en por qué tantas Avemarías y demás. Siempre pensé que era rebelde, pero en realidad, solo buscaba conectarme más con Dios y mi religión. Crecí sin poder acoplarme a ningun grupo en la iglesia y siempre me sentí vacía de alguna manera, como si me faltara algo.
Cuando cumplí 19 años, tuve un matriminio fallido que solo duro seis meses, hubo motivos suficientes para que mi matrimonio fuera anulado bajo las leyes de la Iglesia. Siendo tan joven, eso para mí era como el fin del mundo, pero al mismo tiempo fue mi mayor bendición, porque esta situación me hizo mirar las maravillas de Dios. Durante este proceso conocí al P. Félix Rivera O.Carm y platicando con el, sin pensarlo, comense acercarme a Dios, ya sin cuestionar, porque ya lo sentía en mi corazón. Despues de un tiempo en la Iglesia conoci a mi actual esposo, nos casamos y tenemos 4 hermosos hijos que ahora ya son jóvenes adultos, dos niñas y dos niños. Juntos asistimos regularmente a misa en Nuestra Señora del Monte Carmelo en Joliet. Cuando mis hijos comenzaron sus clases de primera comunión, me convertí en catequista y realmente lo disfruté, pero de alguna manera todavía sentía que me faltaba algo. Siempre me llamó la atención pertenecer a un grupo de la iglesia, especialmente aprender de la fraternidad Carmelita. Pero trabajar a tiempo completo y tener cuatro hijos era casi imposible.
Un día, después de la misa dominical, me preguntaron si quería pertenecer a la Tercera Orden Carmelita, por supuesto que dije que no porque les dije que era una madre muy ocupada. Me convencieron diciéndome que las reuniones eran solo una vez al mes ( a Dios le gusta bromear). Me uní al grupo, pero yo tenía muchas preguntas sin respuestas, me sentía como cuando era pequeña y cuestionaba a mi madre. Los miembros del grupo en ese momento no sabían la respuesta, así que, por supuesto, les pedí que me llevaran a una fuente fiable y Bingo, me invitaron a Darion a conocer a la hermana Libby Dalhstron en ese tiempo coordinadora regional de los laicos Carmelitas. Tan pronto como salí del auto, sentí el amor de Dios en ese lugar que lo llamé, "El cielo en la tierra".
Visitar el Santuario Nacional y Museo de Santa Teresita fue una sensación increíble. Siempre he sentido una conexión especial con Santa Teresita y sentí que me invitaba a vivir la experiencia más grande de mi vida. Tristemente, descubrí que nuestro grupo en Nuestra Señora del Monte Carmelo no era Tercera Orden Carmelita, solo era un grupo de Espiritualidad Carmelita. Cuando la hermana Libby me explicó lo que era una Tercera Orden, mi corazón se llenó de alegría y, finalmente, ya no me sentí vacía. Recuerdo ese día como si fuera ayer. Como lo dije antes, se sentía como el cielo en la tierra. Le pedí a la Hermana Libby que nos ayudara a establecer una comunidad en español. Ella me explicó el proceso, pero por supuesto que era un largo proceso, pero yo estaba dispuesta a hacerlo. Pasaron unos meses y realmente le expresé al director del grupo en ese momento, que necesitábamos seguir las reglas con la dirección de la hermana Libby y Cyndi Perrazo Coordinadora Provincial de los laicos Carmelitas,peticion que paso desapercivida. Pero las maravillas de Dios apenas venian.
En la mañana del 1 de octubre de 2020, recibí una llamada de Cyndy Perrazo, para pedirme que fuera la directora de nuestro Grupo de Espiritualidad Carmelita y por supuesto, le dije que no. Me pidió que lo pensara y que me iba a llamar más tarde. Esa mañana, tuve un hermoso sueño con Santa Teresita y la Virgen María, la Virgen puso un ramo de rosas en una caja de cristal y Santa Teresita agarraba una rosa a la vez y me la entregaba, una por una, advirtiéndome que tuviera cuidado con las espinas. Fue el sueño más hermoso que he tenido en mi vida. No pasó mucho tiempo para darme cuenta de que era un mensaje de Santa Teresita, y también era el día en que honramos a Santa Teresita. Hablé con Cindy para decirle que aceptaba ser la directora del grupo hacile saber, que no sabía nada sobre el Carmelo ni cómo funcionaba la Comunidad Laical, pero que estaba dispuesta a aprender advirtiéndole que me gusta hacer muchas preguntas, porque quería hacer todo bajo las reglas.
Debido a algunas inestabilidades en marzo de 2021, el grupo se puso en pausa durante un año. Varios miembros deseaban abandonar el grupo y eso nos dejó solo con unos pocos, pero no eramos suficientes para seguir adelante. A pesar de que el grupo estaba en una pausa para seguir avanzando con el proceso, Cyndy y la Hermana Libby acordaron que continuaríamos reuniéndonos como grupo espiritual con su guía. Necesitábamos al menos trece miembros para seguir adelante y en poco tiempo, no solo pudimos reclutar a trece, sino que pasamos de cinco a treinta. Mantuve informadas a la hermana Libby y a Cindy de lo rápido que crecía el grupo. Sabíamos que estábamos en una pausa, pero siempre en oracion y en un momento dado, recuerdo que les dije a todos los miembros que solo Dios sabía lo que vendría en el futuro y que todo estaba en sus manos y que si su voluntad era que solo oráramos en ese salón y nunca recibiéramos el escapulario que estábamos dispuestos a aceptarlo, pero queríamos aprender todo sobre el Carmelo y vivir la forma de vida como un verdadero carmelita, ya que todos nos enamoramos de la espiritualidad carmelita.
En marzo de 2022, finalmente iniciamos el sexto paso de los trámites para convertirnos en una Comunidad Carmelita Laica oficial. Trabajamos duro durante este proceso y traducimos CDS y documentos de ingles al español para tener nuestra comunidad en español con la ayuda de Dios. El miércoles 26 de abril de 2023, Cindy Perrazo nos envío la carta de aceptacion a nuestra solicitud, para convertirnos oficialmente en Tercera Orden Carmelita #1430 con el nombre de Santa Teresita.
Un año después recibimos una bendición especial del Padre Enrique Varela O Carm. el 16 de julio de 2023, y pudimos iniciar la fase I de formación.
Para la gloria de Dios y con la ayuda de Nuestra Señora del Monte Carmelo, el 15 de julio de 2024, diecisiete miembros, tuvimos la recepción en el Carmelo. Fue una ceremonia hermosa. Todos estamos muy bendecidos de recibir el Escapulario y de ser la primera comunidad en español y seguimos orando para que muchas más comunidades en español se conviertan en Tercera Orden Carmelita a medida que la comunidad en español crece cada día en los Estados Unidos. Estamos comenzando la fase II y orando para que un día, profesemos e invitemos a más personas a conocer y enamorarse del Carmelo y puedan convertirse en carmelitas.
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